Y qué mejor plan que atender mi primera clase de surf cuando estoy reventada y sin dormir ... sin tener en cuenta la temperatura del océano Atlántico en estas fechas y además, como el mar no me da miedo ni nada!
La experiencia ha sido alucinante! me han tenido que sacar del agua tirándome la red de pescar. Las dos horas se me han pasado rapidísimo! sólo me he podido levantar de la tabla en una ocasión (que según parece para ser la primera vez no está mal ...). Pero en general la buena noticia es que he estado más tiempo encima de la tabla que debajo, jiji.
Lo mejor de hoy, la sensación de montarte en una ola, que aunque sea tumbada, es genial. Has de esperar la ola mientras remas lo suficientemente rápido para que cuando llegue no te revuelque y te puedas montar en ella. La sensación es como si de repente saltaras encima de un caballo, que te escupe en la arena seca en un visto y no visto.
Y lo peor, es que tengo agujetas en músculos que no sabía ni que tenía ... parezco Frankenstein caminando con tacones después de haberse tomado 20 chupitos de whisky de garrafón!
Por lo visto las olas hoy eran pequeñas (dos metros), pero para mi más que suficiente. Una de las veces una ola me ha pegado un super revolcón y de allí han llegado 10000 más. Me ha entrado la risa porque realmente hacía pie y no me podía creer que no sabía ni dónde tenía que ir para encontrar el aire ... y mmmm qué rica está el agua del Atlántico, en su punto justo de sal! te dejan totalmente KO!
Aquí estamos posando Pali y yo, foto hecha por otro compañero de la excursión surfera, Gyorgy.